Un ambiente de Navidad puede impregnar todo nuestro hogar o ser una pincelada que nos tome por sorpresa en una habitación, un espacio, o una simple pared. Si ese rincón tiene la suficiente fuerza decorativa, o es lo bastante sorprendente u original no necesitarás nada más para tu decoración navideña.
Ya mencionamos en otro artículo que los colores para esta Navidad son los azules, morados y fucsias. Pues bien, si eliges uno de estos colores como base para tu árbol navideño tradicional, será suficiente para definir esa zona como tu rincón navideño. Puedes valerte de algún viejo biombo forrado (puede ser con retales de tela o incluso papel de regalo), unos patines de hielo, unos esquís antiguos de madera y unas bonitas cajas de varios tamaños, simulando ser regalos, en fin... No hay límites, todo depende de tu imaginación!
Si estás un poco cansada de árbol, pesebres, o decoraciones que se repiten año tras año, elige un buen número de coronas navideñas iguales o muy parececidas, o con un denominador común (el material, el color, los lazos, etc.), eso sí, deben ser de diferentes tamaños y bastante cantidad: como mínimo 6 o 7. Elige una pared casi vacía, pon un objeto que las "sujete" visualmente y cuélgalas todas en esa zona. El resultado será espectacular y no necesitarás nada más.
Si tu alma sigue siendo clásica y no te resistes ni a tener árbol de Navidad ni a los colores tradicionales, busca un sitio diferente, por ejemplo delante de una ventana o ventanal donde al anochecer las luces del exterior le den un aire entre romántico y mágico. Puedes hacer todo un decorado: una alfombra, un sillón cómodo, unas velas decorativas, una manta que parezca dejada casualmente, todo vale! Quién sabe, quizás se vea tan lindo tu rincón que Papá Noel se quede un rato a descansar. ¿O acaso no crees en los milagros de la Navidad?
Fuentes: Decoralia