En épocas en las que hay que apretarse el cinturón y buscar una decoración económica, una de las apuestas más fuertes es una de mis manualidades preferidas: el patchwork. Solo necesitas reciclar los restos de tejidos que vayan quedando en casa, o los trozos menos estropeados de prendas viejas ¡y listo!
Si bien es cierto que hoy se encuentran textiles patchwork fabricados y su efecto sigue siendo el mismo: alegre, colorido, acogedor y con la capacidad de crear ambiente en un instante.
La novedad está en que ahora, no son solo aquellas colchas o cojines que ya estábamos acostumbradas a ver, sino que ocupan paredes, suelos, cuadros, muebles y cada rincón de la casa, modernizándose y reambientando cualquier habitación.
Lo mejor de todo es que no hay un solo material, tejido, color, estampado o combinación prohibida. Rasos con terciopelos, pana con gasas, cuadros con flores, rayas con lunares ¡todo está permitido! Brillos, mates, texturas llenan incluso las paredes.
Porque una de las últimas tendencias son las paredes empapeladas o enteladas con efecto patchwork, pero también con azulejos distintos coordinados o mezclados como si de patchwork se tratara. De las paredes a los suelos hay un paso y se pueden crear extraordinarios ambientes rústicos, retro o vintage, retomando y reciclando antiguos azulejos de demoliciones o de rastros.
Un consejo básico si deseas hacer del patchwork el protagonista de tu hogar: debes ser prudente con las combinaciones de colores o estampados fuera de la pieza o las piezas principales. Elige bases neutras, preferentemente muebles claros , lisos o maderas naturales sobre las que destaquen y tomen importancia decorativa.
Después, todo depende de hasta qué punto te dejes llevar por el "gusanillo" del patchwork. Quienes lo hemos probado advertimos: cuando empiezas raramente quieres parar ¿te arriesgas?
Fuentes: Interiorismos, Interiorismos.com, ManualidadesName.