No hay muchas estancias tan evocadoras y románticas como una buhardilla. En muchas casas unifamiliares, chalets y casonas antiguas existen estos espacios, y, cada vez más, las últimas plantas de algunos edificios tienen pisos completamente abuhardillados, al estilo de las buhardillas francesas tan de moda en los siglos XIX y XX.
También es cierto que su acondicionamiento requiere más previsión: las diferentes alturas de una buhardilla, pueden resultar peligrosas (por los golpes), no permitir que quepan los muebles en sus medidas estándar, o las dificultades para encontrar estores o persianas decorativas y no solo funcionales.
Las partes más bajas pueden aprovecharse para hacer unos muebles de almacenaje a medida, bien clásicos, con puertas, estanterías, o vitrinas que dejen a la vista su contenido, una buena opción en espacios pequeños.
El reto es potenciar la luz, si hay pocas aberturas superiores o laterales, y si las hay en suficiente cantidad, limitar su entrada para no estropear los muebles y suelos y, al mismo tiempo, limitar el calor. Aquí las cortinas con tejidos screen para regular el paso de luz serán las que más puedan ayudarte.
Las camas suelen estar también bien ubicadas en los espacios más bajos, siempre que haya un mínimo de altura que nos permita no estar en peligro cada vez que nos movamos, o si despertamos a medianoche. En cambio, las zonas de comedor y paso debes dejarlas para las de más altura.
Déjate llevar por el estilo que más te inspire porque un espacio romántico como la buhardilla no requiere necesariamente una decoración romántica o rústica. Puedes crear un espacio nuevo totalmente diferente al resto del hogar o seguir las pautas del estilo común a toda la casa.
Si toda tu casa es abuhardillada, no te limites, desde el minimalismo al vintage, todo está admitido.
Fuentes: CreacionesAlmudena, Decorablog