El fregadero, es uno de los elementos de más uso e importancia en la cocina. Aunque ya haya perdido su uso original (en algunos casos) de fregar platos, vasos y otros utensilios de cocina debido a la generalización del lavavajillas, siempre lo necesitamos a la hora de cocinar para mantener los alimentos frescos limpios o los utensilios de uso constante bien enjuagados e higiénicos.
Cuando vamos a elegir un fregadero, debemos tener en cuenta algunos factores que van desde el estilo de la cocina, hasta el uso que le vamos a dar o los materiales que preferimos. Debemos también pensar en el tipo de grifería que acoplaremos a dicho fregadero.
Generalmente, salvo en una reforma total, deberemos respetar el espacio disponible que estará marcado por el fregadero que vamos a sustituir, salvo que el nuevo sea mayor y exista la posibilidad de reformar o cambiar la encimera existente.
Para uno y otra existen hoy nuevos materiales y tecnologías que permiten mantener una higiene mayor, un objetivo básico tratándose de un lugar donde trabajamos diariamente con alimentos. Hay infinidad de modelos de fregaderos que utilizan nuevos materiales y diseños o imitan modelos tradicionales o rústicos pero incorporando los materiales más sofisticados y avances como griferías con luces LED. Su elección depende, en buena medida, del uso o frecuencia de uso que hayamos previsto darle.
No debemos olvidar a la hora de la elección cómo lo instaleremos, si de forma encastrada o no (sobre o bajo la encimera o meseta). Es una elección puramente estética que no tendrá mayores repercusiones en su funcionalidad si está bien instalado. En todo caso, sí debemos intentar que sea cual sea el modelo de fregadero elegido, esté acorde con la decoración y el estilo de nuestra cocina porque es un elemento que dura muchos años y si no acertamos, deberemos verlo demasiado a menudo como para olvidarlo.
Fuentes: DigsDigs, DecoraBlog