Las necesidades de espacio, sobre todo en las grandes ciudades hace que las viviendas se reduzcan cada vez más hasta tener "espacios" que más bien parecen ausencia de ellos. Pero no solo en las viviendas pequeñas. También pude ser que queramos crear un apartamento para los hijos que crecen o para los invitados o una persona mayor que viene a vivir a un piso o una casa de grandes dimensiones.
Aunque no lo parezca, treinta metros cuadrados o incluso menos pueden dar un maravillosos resultado si reordenamos el espacio y empleamos para su decoración trucos visuales y muebles multifunción. En primer lugar, debemos buscar elementos que permitan dividir el espacio sin cerrarlo visualmente. Para ello podemos usar muretes que no lleguen hasta el techo, paneles transparentes, biombos, cortinas, estanterías que sirvan a la vez como almacenamiento y elemento separador... las opciones son variadas.
En estos espacios mínimos el ordenes fundamental. Cada cosa debe tener su lugar y debe ser fácil mantenerlo en ese lugar. Cuantos menos muebles, piezas decorativas o elementos superficiales haya impidiendo el paso de personas y luz, mejor, cuanto menos objetos ocupen el espacio, mayor sensación de amplitud. Para ello los espejos serán una baza única.
Grandes, pequeños, medianos, biselados, en paredes y puertas, en las entradas, o bien en la pared que cierre el espacio (la que haya frente a la puerta de la habitación principal) serán los más efectivos. Si tienes vigas o huecos, aprovecha el espacio para colocar estanterías o hacer una vitrina o armario. Haz también que los muebles mayores sirvan como soportes de otros: un gran cabecero como "pared" sobre al que apoyar visualmente el sofá, una estantería que es al otro lado cabecero de cama o separación de la cocina, por ejemplo.
Si los techos son altos, los altillos son una gran solución, para un despacho, el dormitorio o una cama para invitados. Si no son lo suficientemente alto, una tarima de madera servirá para almacenar bajo ella y crear diferentes alturas muy decorativas. Puedes dividirlos con cristales opacos que no restan apenas claridad y dan privacidad y tus 30 metros cuadrados se habrán multiplicado, o casi.
Elige bien los colores de la vivienda, tonos claros, blancos, cremas, tierra, grises y toques de color para dar armonía. Para las cocinas y baños de los espacios pequeños usa los huecos, por ejemplo para la ducha y utiliza elementos metálicos, muy sugerentes por los reflejos que crean y que ayudarán a multiplicar la luz. Te sorprenderá el resultado.