El equilibrio es el objetivo final de cualquier decoración, aunque para ello podamos usar diferentes estrategias que no tienen porqué ser las composiciones simétricas que en muchas ocasiones derivan en un espacio anquilosado y poco natural. Me refiero a esas casas que, a fuerza de ser perfectas, acaban pareciendo incómodos museos.
Una forma de trabajar las asimetrías es con los elementos decorativos de las paredes: estanterías, libros, cuadros, espejos, etc. Puedes compensar el supuesto desequilibrio, añadiendo un hilo conductor: un material, un tema, un color. Elige para ello porcelanas, o cuadros de flores, el color o un material. El caso es que no parezca que utilizaste lo primero que alcanzaste con la mano.
Puedes optar por poner una sola pieza donde se esperan dos, o colocar dos piezas de un modo inesperado, y no solo nos referimos a cuadros o espejos, también pueden ser, por qué no, estanterías tanto en madera como en escayolas. Esos muebles suelen también decorar la pared y tomar el protagonismo allí donde se colocan. ¡Úsalo para sorprender sin perder el estilo!
En la decoración vintage, por ejemplo, las asimetrías son muy habituales por el efecto de acumulación de objetos que a veces se produce y, sin embargo, no llega a ser descuidado o a parecer aleatorio porque la intención decorativa y ese hilo conductor, que en este caso sería la relativa antigüedad de los objetos utilizados es el contrapunto que equilibra el ambiente.
Además, puede ayudarnos a reciclar algunas piezas decorativas que ya creíamos listas para la basura ¿no es una buena idea darles una segunda oportunidad?
Fuente: CentsationalGirl, Micasa