Las velas son un acierto en todas las ocasiones y en Navidad son un clásico que no puede faltar bajo ningún concepto. Podemos usarlas de un modo tradicional o buscarles formas, lugares y maneras de decorar con ellas lo más novedosas posible, pero no podemos olvidarlas o a nuestro hogar le faltará el toque mágico que su sinuosa luz aporta a todos los ambientes.
Puedes usarlas solas o en grupo, del mismo tamaño o en composiciones asimétricas, uniéndolas para un centro de mesa, sobre la chimenea, en las escaleras o en cualquier mesa auxiliar. Busca el equilibrio, combínalas con lazos de colores o dorados y el éxito será seguro.
No solo la calidez de su luz sino los aromas pueden llenar la noche de un ambiente de pura magia, busca algunas velas aromáticas de vainilla, canela o caramelo, y entrar a tu casa será ya un auténtico regalo. Si acercas las velas a espejos o cristales, su luz se reflejará y el misterio estará asegurado.
Puedes ponerlas en la mesa sobre ramas de acebo, hojas de palmera recortadas, sobre musgo artificial o buscar candelabros y porta velas que den un aire romántico a la estancia. También pueden quedar perfectas sobre una bandeja en la que haya unas bolas de Navidad, unas ramas, o las dos cosas!
Si tienes escaleras, allí también quedarán muy bien y si tu casa tiene un estilo vintage, dentro de vasos o copas de diferentes estilos (si son rojas o verdes aportarán color, además) pueden hacer por sí mismas más que todo un juego de luces o guirnaldas de última generación.
Las velas llevan siglos en nuestros hogares y décadas adornando nuestra Navidad... por algo será ¿no crees?
Fuentes: ElMueble, LittleBigFlat, HouseofTurquoise
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